El mercado de vehículos de ocasión continúa creciendo y ofrece una cantidad abrumadora de coches para los compradores. Tanta oferta de vehículos es muy beneficiosa pero también hay que tener cuidado porque no todos los coches de segunda mano están en buenas condiciones. Por eso es importante realizar una revisión completa y diagnosis electrónica del coche en el que se está interesado.
Todo el mundo le haría una revisión a un coche de segunda mano, sin embargo, hay más dudas respecto a la diagnosis. Muchos no saben si es necesario hacerla, si es compatible con la revisión y qué ventajas tiene. En este post te daremos todas las claves para que elijas un coche de segunda mano en perfectas condiciones y pagues un precio justo por él.
Diagnosis electrónica de un coche de segunda mano
Una máquina de diagnosis de coche nos ayuda a detectar un gran número de fallos porque se conecta a diferentes módulos de control electrónico en el vehículo. Antiguamente el mecánico tenía que investigar para detectar el origen de una avería, pero con la diagnosis lo tiene mucho más fácil, ya que, aunque no dice exactamente dónde está la avería sí que ofrece muchas pistas al profesional revisando los fallos que proporciona la máquina.
En la actualidad, pocos son los talleres que no utilizan una máquina de diagnosis y es el primer paso para saber en qué condiciones se encuentra un vehículo. Los coches actuales tienen numerosos sensores y centralitas electrónicas que almacenan información tan valiosa como el kilometraje total recorrido, los mantenimientos realizados, averías electrónicas actuales o memorizadas, etc.
Entre otras, el vehículo cuenta con centralitas que gestionan la inyección del combustible en el motor, el control de estabilidad, la seguridad pasiva como los airbags o pretensores, la iluminación y el funcionamiento de los sistemas multimedia. Por tanto, la máquina de diagnosis resulta muy útil para testar las distintas centralitas de un vehículo de segunda mano y comprobar en qué estado se encuentran muchos de sus sistemas. Analizando en profundidad esta información, se puede averiguar el kilometraje recorrido, posibles incongruencias en los datos por manipulaciones indebidas, etc.
En unos minutos sé es capaz de detectar si una función del coche controlada por las centralitas se está llevando a cabo de la manera correcta. Además, nos ayuda a estudiar si el kilometraje que marca el coche es real o si existe alguna anomalía en el sistema de estabilidad del vehículo como consecuencia de un impacto anterior (datos que el posible comprador de un vehículo de ocasión debe saber), pero también otros aspectos importantes del motor como si están dañados los inyectores, el caudalímetro o el filtro de partículas.
Lo bueno de la diagnosis es que es un procedimiento económico y rápido que no causa daños, tampoco afecta a la garantía y que puede hacerse en cualquier momento. De ahí, que se recomiende junto a la revisión completa en caso de querer comprar un coche de segunda mano.
En la actualidad, algunas marcas ofrecen un diagnóstico al usuario que se gestiona mediante una app en el teléfono móvil. El usuario conecta su teléfono con el módulo de diagnosis, llamado OBD, de las siglas en inglés “On Board Diagnostics”. Con este sistema, el conductor puede hacer un diagnóstico, digamos que “amateur”, pero realmente deja mucho que desear si lo comparamos con las máquinas de diagnosis profesionales.
La máquina proporciona información en códigos estandarizados que solo el profesional conoce y que son solo pistas para averiguar de dónde puede venir el fallo. Esta herramienta permite un importante ahorro de tiempo y dinero y ofrece un diagnóstico bastante preciso del estado de un vehículo de ocasión.
Revisión de un coche de segunda mano
La diagnosis es el primer paso para detectar cualquier anomalía en el vehículo, pero después, es muy importante realizar una revisión completa del vehículo y una prueba de conducción en carretera. Es la mejor manera de comprobar que el vehículo de segunda mano se encuentra en perfecto estado.
Hay que decir que el estado del motor no se puede revisar al 100% ya que es muy difícil acceder a las zonas más internas, aunque un buen profesional sabrá detectar cualquier anomalía por el ruido o por el mal comportamiento del vehículo en ruta. Estos son los principales puntos mecánicos que se comprueban en una revisión completa:
- Estado de los niveles de todos los líquidos y fugas.
- Amortiguadores y resto de piezas de la suspensión.
- Estado de los neumáticos, prestando especial atención al desgaste irregular.
- Pastillas y discos de freno.
- Elementos de la dirección, como las bieletas, los fuelles o posibles ruidos en la cremallera o bomba.
- Estado del juego de la distribución en función de la documentación aportada, para evitar tener que sustituirlo nada más comprar el vehículo.
- Línea de escape completa, para descartar posibles golpes u oxidación.
- Embrague. Se revisa el correcto funcionamiento para analizar si patina o engranan mal las marchas.
Una vez que se ha hecho la diagnosis y la revisión completa del vehículo, el perito redacta un informe donde se le explica al cliente los fallos detectados y las posibles averías y, lo más importante, qué precio aconsejado de compra tendría el vehículo después de restar el importe estimado de los daños al precio medio de mercado.
Sin duda es una información muy valiosa para alguien que está interesado en comprar un coche de segunda mano, porque así sabrá si el precio que tiene en el mercado es el correcto o si está sobrevalorado.
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